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Cómo superar "El muro invisible": La formación intercultural abre nuevas perspectivas en el intercambio empresarial japonés-europeo.

¿Alguna vez ha tenido dificultades para entender a colegas, gerentes o socios comerciales de otras nacionalidades y culturas, a pesar de que habla inglés con fluidez? Los japoneses creen que estos obstáculos de comunicación son causados por "Kabe"; Japonés para "The Wall". Con esto, se refieren a la barrera invisible que obstaculiza la comunicación sin problemas. Con sede en Nagoya, Japón y oficinas en todo el mundo, NGK SPARK PLUG conoce los desafíos de la comunicación intercultural. Es por eso que tanto sus empleados locales como japoneses en la sede de EMEA en Ratingen, Alemania, reciben instrucción regular de formadores de la "Oficina de Consultoría de Japón" (JCO). Uno de ellos es Nikolaus Mach-Hour, un experto en lengua japonesa y cultura empresarial con 30 años de experiencia.

Es el comienzo de una formación de un día en Ratingen, una pequeña ciudad cerca de Düsseldorf, donde se encuentra la sede de EMEA de NGK SPARK PLUG. Un grupo de empleados recientemente reclutados asiste hoy a la formación. Al final de la sesión, entre otros temas, habrán aprendido sobre la importancia de ser cortés, el papel que juegan las tarjetas de presentación y cómo interpretar una sonrisa japonesa. También sabrán por qué es crucial verificar activamente si te han entendido. En general, estos puntos de aprendizaje conducirán a una comunicación más efectiva y una mejor comprensión de sus homólogos del Lejano Oriente. En última instancia, aprender unos de otros es clave.

Pero, ¿cómo surgen las dificultades en la comprensión?

"Kabe "o" The Wall "no solo se debe a la insuficiencia de las habilidades lingüísticas, sino también a diferentes signos no verbales. Para hacerlo aún más complicado, a veces la misma palabra tiene un significado diferente en otro idioma”, explica Nikolaus Mach-Hour, quien trabajó con los japoneses durante la mayor parte de su vida y impartió formación en más de cien compañías japonesas. El experimentado entrenador da un ejemplo: "‘ Hai ", la palabra japonesa para" sí ", no significa necesariamente que uno esté de acuerdo o incluso comprenda. Simplemente podría significar "estoy escuchando", explica.

Alternando entre estudios de casos, videos, juegos de roles, discusiones grupales y conferencias, los participantes aprenden estrategias para comprender mejor a sus colegas japoneses, así como probar de forma interactiva sus conocimientos recién adquiridos en el acto.

Hablando de las diferencias culturales, Nikolaus señala: "En Japón, no es el orador el que tiene la responsabilidad principal del éxito de la comunicación, sino el oyente. Por lo tanto, se considera extremadamente grosero interrumpir al orador, incluso si el contenido no es claro. Esto también se aplica a situaciones educativas. El alumno es responsable de comprender y aplicar lo que ha dicho el maestro".

En un juego de roles práctico, los participantes aprenden a aceptar correctamente las tarjetas de presentación (agradece al presentador haciendo una reverencia mientras sostiene la tarjeta con ambas manos y lee el nombre). También descubren que, en contacto con colegas o socios japoneses, una sonrisa nunca está de más, incluso en negociaciones difíciles. "Sonreír se considera una señal de hacer lo mejor para mantener la armonía y evitar la escalada", explica Nikolaus.

Al final de la formación, los nuevos empleados desean poner en práctica los puntos de aprendizaje. Benedikt Rolfes, uno de los participantes, dice: "Este seminario ha ampliado mi comprensión de la cultura japonesa, pero será un proceso continuo hacer que esa comprensión sea una segunda naturaleza para nosotros".

Consejos del experto de Japón Nikolaus Mach-Hour:

  • Adapte conscientemente su estilo de comunicación al de su homólogo. Para muchos japoneses, hablar inglés es tan difícil como sería para nosotros hablar japonés.
  • Preste mucha atención a las señales no verbales de la otra persona durante la conversación (por ejemplo, una inhalación audible a menudo indica dudas o confusión).
  • Pregunte con la mayor frecuencia posible si ha sido entendido. La etiqueta en Japón no permite la interrupción, incluso si uno no ha entendido. Solo cuando se le pregunte, su homologo tendrá derecho a indicar (a menudo de manera no verbal) que no puede seguir la conversación.
  • Al final, pídale cortésmente un resumen de la conversación, para evitar malentendidos.

 

Una cosa en la que todos están de acuerdo: aunque fue un día largo, no fue aburrido en ningún momento. Benedikt confirma: “El formador fue genial. Se las arregló para facilitar la comprensión entre dos culturas diferentes sin culpar a una u otra. Además, la formación fue muy interactiva. Discutimos ejemplos de negocios en los que nos encontramos con problemas causados ​​por las barreras del idioma y qué se podría haber hecho para mejorar la situación”.

Y como dice Chihiro Imanari, un empleado japonés que también asistió a una de las sesiones de formación: "Nuestros seminarios interculturales permiten a ambas partes, colegas japoneses y europeos, conquistar desafíos culturales y de comunicación y mejorar nuestro trabajo diario".

En definitiva, se trata de "construir puentes". Un complemento perfecto para el "lema EMEA" de NGK SPARK PLUG: "¡JUNTOS!"

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